domingo, 6 de junio de 2010

Operar el corazón a distancia

Insertar un catéter para resolver los problemas de ritmo cardiaco que sufren algunos pacientes es algo relativamente frecuente en las consultas de cardiología. Y cada vez más, los científicos cuentan con un aliado robótico en su tarea. Uno de estos nuevos brazos articulados, dirigidos desde la distancia por el especialista, acaba de estrenarse por primera vez en el mundo en la Universidad británica de Leicester.
En este tipo de procedimientos, los médicos introducen unos pequeños electrodos en los vasos sanguíneos para tratar de evaluar y localizar la anomalía que provoca alteraciones en su ritmo cardiaco. Una vez identificada la región en la que los impulsos eléctricos no se comportan con normalidad, el propio catéter permite 'anular' esa zona mediante ablación (quemando los tejidos con una pequeña descarga de bajo voltaje).
Esta cirugía mínimamente invasiva, que lleva practicándose con éxito durante más de dos décadas para solucionar las arritmias, puede durar varias horas en las que el cardiólogo intervencionista va siguiendo la evolución del catéter (unos finos cables) a través de los vasos sanguíneos mediante técnicas de imagen que emiten radiaciones, de las que se protegen con un aparatoso delantal de plomo.
Para evitar estos problemas y mejorar su agilidad de cara a insertar los electrodos en el punto preciso, la compañía estadounidense Catheter Robotics ha diseñado un moderno brazo robótico (bautizado como Remote Catheter Manipulation System) que permitirá llevar a cabo la operación a distancia, con un mejor control, aseguran, de todo el dispositivo. La filosofía del invento es hermana de la que ya emplea el robot Da Vinci, que permite al cirujano intervenir al paciente desde una consola que controla a varios metros de la camilla.
"En España existen dos robots de este tipo en al menos tres hospitales, el Clínico San Carlos y Puerta de Hierro en Madrid y el Vall d'Hebron en Barcelona", explica a ELMUNDO.es Julián Pérez-Villacastín, secretario general en la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Cada uno de estos aparatos puede tener un coste que ronda los dos millones de euros, lo que, sumado a que aún es necesario precisar más su uso, está haciendo que tarden en generalizarse...

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/04/29/tecnologiamedica/1272546185.html

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