
Una vez detallado este sistema, los autores introdujeron en el ADN de varios embriones de 'A. stephensi' un gen que codifica para el antígeno SP15, molécula que actúa como vacuna frente a la Leishmaniasis. Los ejemplares adultos de mosquito se utilizaron después para que picaran a varios ratones. Éstos mostraban niveles elevados de anticuerpos anti-SP15, aunque no se comprobó si eran útiles frente al parásito de la Leishmaniasis.
"Tras las picaduras, se indujeron respuestas inmunes protectoras, como en la vacunación convencional pero sin dolor y sin costes", explica Shigeto Yoshida, líder del estudio. "Más aún, la exposición continua a las picaduras mantendrá niveles elevados de inmunidad, mediante un estímulo natural, durante toda la vida", añade.
Sin embargo, es "improbable" que estos mosquitos vacunadores "sean una método viable para el control de enfermedades porque es una forma inaceptable de administrar vacunas", señalan los propios autores. La falta de control sobre los insectos y la dosis de vacuna recibida, así como la aceptación pública de la liberación de estos mosquitos transgénicos dificultan su uso.
Pero el análisis de las glándulas salivares sí "podría ser una herramienta muy poderosa para dilucidar las interacciones entre el parásito de la malaria y la saliva del díptero", aclaran.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/03/18/biociencia/1268940575.html
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